lunes, 26 de marzo de 2007

El fenómeno TORRENTE







Tras años en esto del mundo del cine y algún que otro Goya como el de actor revelación por el papel en El día de la bestia o por el cortometraje Perturbado (1993) Santiago Segura se estrenó como director en 1998 con Torrente, el brazo tonto de la ley, llevándose el Goya a mejor director novel. Esta película en contra del pronóstico de muchos importantes críticos cinematográficos alcanzó unas cifras desorbitadas y se convierte en la película más vista durante ese año. Las claves de su éxito son un secreto ya que esta película no destaca ni técnica ni argumentalmente pero aún así se ha convertido en todo un referente para muchos jóvenes directores y ha dado un gran empujón a la industria cinematográfica española visiblemente estancada.
En el año 2000 y siguiendo con el mismo tema dirigió Torrente II, misión en Marbella, película que en poco tiempo volvió a ser catapultada al puesto más alto de películas más vistas en España durante ese año, el éxito estaba asegurado al igual que las numerosas críticas, enhorabuenas y premios.
Siguiendo con la secuela, Santiago Segura crea Torrente 3, el protector la última de las películas de esta saga con la que también obtuvo un gran éxito.

Lo más interesante de estas tres películas no es estudiar su técnica cinematográfica o su peculiar argumento sino la reacción del público ante ella. La Torrentemanía se extendió rápidamente por toda España y gran parte del público comenzó a utilizar frases y comentarios naturales de la película.

¿Por qué han tenido tanto éxito estas películas? ¿Cuál es la clave para que una película se convierta en la más vista? ¿No había películas mejores...?
La clave del éxito de Torrente puede encontrarse en la estética de las películas, en la peculiaridad de los personajes... los espectadores no buscan en ella una gran historia sino una carcajada fácil y, sin duda, la consiguen. Son historias vulgares, de personajes típicos españoles totalmente caracterizados y que fuera de España nadie podría entender, en cierto modo recuerda a la época del destape donde la exageración de la personalidad de los protagonistas y la ironía es la base de la historia.
Otro factor que puede influir en el éxito de esta película es el director como persona, ya que tiene un gran carisma y un gran número de seguidores que consumen sus productos sin casi pedirle nada a cambio. Además, Santiago Segura hace una gran campaña publicitaria utilizando métodos hasta ahora poco frecuentes en la industria cinematográfica española. Por ejemplo, antes del estreno de sus películas hace promoción de las mismas visitando numerosos programas de televisión con camisetas propagandísticas. Con todo esto a convertido a sus películas en todo un fenómeno de masas y ha conseguido que la imagen del personaje principal de su trilogía esté en la cabeza de todos los Españoles, tanto de los pro-Torrente como de los anti-Torrente.
Una de las pocas cosas claras sobre este fenómeno es que no deja a nadie indiferente.

lunes, 19 de marzo de 2007

El otro lado de la moneda




Hasta ahora hemos hablado de tres nuevos directores y películas, que a mediados de la década de los 90 sorprendieron por su innovación y su buen hacer en el panorama de nuestro cine patrio. Pero en esta ocasión nos centraremos en un director novel (novel en la dirección pero no en el mundo del cine) que siguió haciendo lo que otros ya habían hecho y esto le valió el reconocimiento y un buen lugar en el podium de nuestros directores españoles.

Agustín Díaz Yánez se estrenó como director en 1995 con Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Él mismo reconoce que esta película está influida por la obra de Scorsese y Schrader, una historia dura, violenta y sórdida, que sin querer, también recuerda un poco a ¿Qué he hecho yo para merecer esto? de Pedro Almodóvar, de hecho, muchas personas creen que Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto pertenece a la filmografía del manchego, ya que son historias duras, protagonizadas por mujeres, que recrean el ambiente de un Madrid de extrarradio, mujeres con lastres a sus espaldas…en definitiva, son películas “parecidas”, con once años de diferencia.
Ésta comparación ejemplifica claramente que Agustín Díaz Yánez innovó poco en su primera película, simplemente tiró de lo aprendido en los años que había estado escribiendo para otros y ayudando a gente como Almodóvar (casualidades de la vida fue ayudante de dirección en Átame).
Pero pese a su poca innovación, el público y la crítica se rindió a sus pies y como consecuencia de esto, los premiso Goya de 1996 también; 8 premios de 10, entre ellos mejor película, dirección novel, actriz para Victoria Abril, secundaria para Pilar Bardem, guión original, música…un claro ejemplo de que se premió a lo clásico antes que a la innovación (ese año competían por el premio a mejor película “Boca a boca” y “El día de la bestia” que se desmarcó de lo hecho anteriormente en España como ya hemos dicho anteriormente).

Después, en 2001 vendría “Sin noticias de Dios” una película que jugaba con la ironía y el sarcasmo, ya que Penélope Cruz interpretaba a la enviada del infierno y Victoria Abril la enviada del cielo. Exceptuando esto, que era una película trilingüe (en el cielo se hablaba francés, en el infierno inglés y en español en el "mundo") y que materializaba un poco más el regreso de Penélope Cruz al cine español, la película no obtuvo la acogida que se esperaba. Tampoco contaba nada nuevo, la lucha del cielo contra el infierno (esta vez por el alma de un boxeador), una estética muy cuidada, una escenografía muy medida y algún numerito musical de la Abril…pero nada nuevo. 11 nominaciones para los Goya y ninguno para casa. Ese año (como siempre) era el año de Amenábar y Los Otros (esta vez si se premió la originalidad y la innovación…la superproducción y la película americana más española de la historia…)

Y su última película, la hiper-promocionada-superproducción (de Telecinco) Alatriste, pues…tampoco ha cambiando nada en el panorama del cine español. Lo innovador, que ha sido la película más cara de la industria española por el momento…pero de poco le ha servido. Todo el mundo ha ido en masa a ver la película y todo el mundo ha dicho lo mismo: larga, aburrida y demasiado pretenciosa (compilar todos los libros de Alatriste en una sola película, era demasiado).

En definitiva, Agustín Díaz Yánez es uno de nuestros directores que, con pocas películas y con un reconocimiento de la critica un tanto escaso (exceptuando Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto), ha conseguido situarse en uno de los puestos más reconocidos del cine español, simplemente por hacer lo ya visto y aprendido de otros. Una fórmula poco arriesgada (arriesga más en lo económico) que le ha dado muy buenos resultados.

martes, 13 de marzo de 2007

UN AIRBAG MUY COMERCIAL




En 1996 y tras dos largometrajes con reconocimientos a nivel nacional y internacional, Alas de Mariposa y La Madre Muerta, Juanma Bajo Ulloa abrió las puertas al cine comercial de acción español con Airbag . Fue una producción realizada justo en el lugar y el momento correcto por dos factores fundamentales. Por un lado el interés del realizador, quién comentó: “Todos los premios te afianzan y disipan momentáneamente tus inseguridades, pero hubo un día en que estaba algo escéptico de recibirlos y pensé que también era el momento de hacer algo más popular como Airbag ”, y por otro el renovado interés de los espectadores por el cine patrio.

Gracias al resurgimiento del cine español que venimos comentando en este Bolg, el público se empezaba a identificar más con las producciones cinematográficas nacionales. Este filón fue muy bien aprovechado por Bajo Ulloa, quien con su film logró una recaudación de 7.205.851,99 € y un total de 2.195.695 espectadores. Así pues, Airbag fue la semilla perfecta del cine comercial español, con una historia sin profundidad, llena de acción, gamberradas, critica social y una fórmula que funcionaría muy bien con el público nacional, el cameo.

El cameo se ha implantado hoy día casi como de base para que una película comercial funcione a ciencia segura. Karlos Arguiñano, Pilar Bardem, Rosa María Sardá, Santiago Segura o Francisco Rabal son algunos de los participantes en los cameos de esta gamberrada cinematográfica a la española, cuya fórmula fue luego copiada por Los Torrentes, Año Mariano y demás películas comerciales de nuestra producción nacional.

Hay que destacar la alta influencia del cine de acción comercial americano en la realización de Airbag, puesto que gran parte de la labor de Bajo Ulloa es encontrar los mecanismos eficaces de la producciones del otro lado del charco, para utilizarlas y así acercar el cine español a las grandes masas. El hecho que pone esto en evidencia son los dos Premios Goya obtenidos por la creación del cineasta Vasco a los mejores efectos especiales y al mejor montaje en la edición de 1997.
Y es que ciertamente, Airbag como película no es de una alta calidad en lo que a profundidad de contenido se refiere, o desde un punto de vista crítico no se puede considerar una buena película. No obstante se facturó para que fuese un éxito de taquilla, lo cual en nuestro cine es algo que escaseaba en comparación con las producciones norteamericanas, por lo que el film cumplió los objetivos que se había propuesto y fue capaz de enfrentarse a las producciones multimillonarias a las que nos tiene acostumbrados la factoría de Hollywood.

En la actualidad Bajo Ulloa está bastante desaparecido del panorama nacional, aunque su producción a veces se vea enfocada hacia los videoclips o espectáculos de gran índole, intenta volver a los inicios de su carrera, como intentó sin pena ni gloria con su film Frágil.

lunes, 5 de marzo de 2007

El triunfo sorpresa que lo cambió todo



A menudo nuestro cine olvida lo importante que es una buena publicidad para cambiar las cosas, para darle un vuelco a lo establecido y fijar las miradas en algo nuevo que cuenta con pocos medios para hacerse oír pero que si lo consigue puede tener la clave para cambiarlo todo. Muchas preguntas habría que cuestionarse, entre ellas qué sería de nuestro cine joven o si Amenábar disfrutaría de la privilegiada situación que tiene ahora, si Tesis no hubiera arrasado en los Premio Goya de 1996 como lo hizo. No es el hecho de que ganara el premio gordo sino la sorpresa que provocó que derrotara a El perro del hortelano de Pilar Miró , la gran favorita, la película española del año que suponía el empeño personal de una de las grandes personalidades de nuestro cine por llevar a buen puerto (la cinta estuvo plagada de problemas de financiación) una de las obras cumbres de nuestra literatura. Sin embargo el debut de Alejandro Amenábar se había estrenado casi un año antes, había fracasado en la taquilla y encima pertenecía a un género que casi había sido desterrado del cine español, el thriller psicológico de suspense. Era la lucha de David contra Goliat pero ocurrió lo inesperado y Tesis sólo perdió una de las nominaciones, mejor actriz que fue para Emma Suárez, reponiéndose al día siguiente en muchos más cines de los que se estrenó y llegando a una recaudación final, casi 3 millones de euros, que triplicaba su presupuesto.

A partir de esa gala comenzó el fenómeno Amenábar y se creó un mito, el del joven estudiante que, sin conseguir aprobar la asignatura de realización, se corona como el director español más importante desde Almodóvar. Desde esa gala de los Goya se convirtió en el ceniciento de nuestro cine: con tan sólo tres cortos amateur rodados en vídeo llama la atención de un importante director, José Luis Cuerda , que se convierte en su productor para acabar creando cuatro de las películas más taquilleras de la historia del cine español. Cuatro de cuatro, pleno al quince, insuperable. Desde entonces la carrera de Amenábar se ha convertido en un hito: el público responde ante él como nadie; la crítica se rinde con cada nueva película; sólo en su persona atesora más de ocho premios Goya como director, guionista y músico; sus cuatro películas suman más de treinta Goyas y sólo Abre los ojos perdió como mejor película…Pero su logro más importante fue el de convertirse en la punta del iceberg de toda una generación de cineastas que querían cambiar el triste panorama del cine patrio, ya no había géneros prohibidos y se demostró que se podían abordar distintos tipos de películas y triunfar en la taquilla y entre el público. Sin ese triunfo de Tesis es muy probable que el suspense, el terror o el thriller no se hubieran convertido en algo común en nuestra cinematografía con títulos tan importantes como Abre los ojos, Nadie conoce a nadie , Los otros , Darkness, Los sin nombre, El arte de morir y un largo etcétera que deben mucho a ese joven estudiante que no consiguió licenciarse en Imagen y Sonido. Paradojas del destino, el profesor que no le aprobaba realización acabó convirtiéndose en el modelo que inspiró al profesor asesino de Tesis, una particular venganza contra el docente que le aseguró que nunca llegaría a nada en el mundo del cine.